No obstante, cada mañana, mientras recorra su hermoso rostro con la hojilla de afeitar, verá alén de su propia imagen y va a tener la extraña certidumbre de continuar siendo exactamente el mismo y, sobre todo, de seguir odiándose con sus fuerzas. Alguno puede tener dudas o inseguridades generadas al pensar que igual no aciertan y no besan a la prostituta en la boca sino más bien en la nariz, o no aciertan o bien os chocáis o bien algo de esta manera etc… Bueno, nada de eso va a suceder. Besarse es algo instintivo. En la saliva hay feromonas e información sobre la otra persona que nos excitara o bien no en dependencia de su nivel de salud y todo eso lo podemos captar de forma subconsciente a través de su saliva. Además de esto la saliva es el mayor afrodisiaco que existe. Es decir, los besos existen pues nos excitan e inducen a tener sexo, lo cual es principal para la supervivencia de la especie. Por tanto besarse es algo instintivo con lo que nada de lo que temes va a producirse.
Hay un mundo lleno de posibilidades alén de esto y de esta manera es reclamado por muchas mujeres. Por lo que cuentan en la consulta, las mujeres heterosexuales, a de ser penetradas vaginalmente (que eso es lo que creen muchos hombres erróneamente), desean compartir caricias, besos, fantasías, masturbación… en resumidas cuentas, pasarlo bien en la cama. Para un estiramiento mutuo, la mujer puede inclinarse cara adelante y mantener su peso en sus brazos mientras que recula. Y lo va a hacer si está tras la estimulación del punto G. Agacharse hacia atrás ofrece el amor más profundo que se pueda imaginar. Carmela imagina que el agua de colonia que usa debe de ser cualquiera de las que se anuncian en televisión por medio de hombres jóvenes que triunfan con mujeres asimismo jóvenes. Un olor que distingue cada mañana mezclado con el del café recién molido en los treinta segundos escasos que dura su conversación diaria. Fragancia a piel lisa, a frescura impostada. El olor que se le adivina a un hombre que lleva a su cama a las mujeres que desee. A ellas y a Carmela. Pues es , Carmela, 53 años, casada y con un hijo, la que acerca hasta su cama a un desconocido para imaginar que la rejuvenece haciéndole el amor. Agarrándole las tetas y mordisqueándole los pezones. Veinte años menor para apreciar hasta el final que la erección acaba por más que ella tarde un poco más en correrse. Necesita que no quede ni un milímetro de su hondonada que no esté ocupado por el sexo de Marcos. Entrando y saliendo sin abandonarla completamente. Hasta dentro. Y acariciar un torso joven de hombre sin una sola cana. En el que la piel prosigue adherida a los huesos, con el hueco de la axila aún por descubrir. Quiere mirar a los lados y descubrirse entre dos brazos fuertes no demasiado musculados, mas hartos de entrenarse en esa postura, la que se agranda y moldea haciendo el amor. Nota cómo una punta roma penetra en su cuerpo con la fuerza de un tálamo que puede con todo, que arrasa con todo, que entra una y otra vez.
Insisto mucho en el tema de la reciprocidad, como una medida aproximadamente fiable de que una relación pueda ir bien: si él te quiere, mas cada tanto desaparece sin tomar en cuenta lo mal que tú lo pasas cuando no está, hay algo en la relación que no marcha. Si te quiere, pero solo valen sus condiciones, nada de compromiso, por servirnos de un ejemplo, y no las tuyas, quiero tener una pareja estable, algo va mal. No en él, que semeja que juega limpio y que pone sus cartas boca arriba, sino más bien tal vez en ti, porque aceptas jugar un juego que no te gusta, o pues apuestas a sabiendas de que no tienes cartas en mano, con la ilusión de que las reglas del juego en algún instante cambiarán. Cuando no hay reciprocidad, es tal y como si uno de los 2 jugara con una baraja de España, y el otro con un mazo de baraja francesa. Al paso que el uno habla de bastos o de espadas, la otra habla de corazones y de diamantes. ¡Nunca van a ponerse conforme! Una mínima sintonía requiere un cierto consenso con respecto a la baraja con la que los dos están prestos a jugar. Si insistes en estas relaciones tan desparejas, quizá el reto para ti consista en jugar al mus con tréboles y corazones, o al póquer con bastos.
Estos dos factores, indudablemente, no asisten a que la mujer desee tener relaciones sexuales
Tras cada exposición, los participantes debieron observar fotos de caras neutras (con el pelo escondido y sin maquillaje) y determinar si se trataba de un hombre o de una mujer, algo que las feromonas deberían facilitar. Para determinar cuál enfermedad está provocando el problema de erección, se efectúan estudios meticulosos que incluyen exámenes de sangre, orina, ultrasonidos y, en ciertos casos, pruebas tan complejas como el TAC y la resonancia imantada nuclear, como una exhaustiva entrevista dirigida a contextualizar el inconveniente sexual en la vida del paciente (Hatzichristou, 2002; Canadian Urological Association Guidelines Committee, 2002). Efectuamos el movimiento con las manos en forma de hacha, cuyo filo está representado por el dedo meñique un poco flexionado y relajado. Los otros dedos están asimismo un tanto flexionados y relajados, además de algo separados entre sí y del meñique. Las manos se colocan paralelas, mirándose las palmas, en ángulo recto a la superficie de la piel, transversalmente y separadas unos 3 o 5 cm; con los dedos meñiques percutimos alternativamente, mientras recibimos sobre ellos el choque del resto dedos. El choque contra la piel es rápido, y la mano se levanta diligente, tal y como si temiera quemarse.
¿Prosigues preguntándote qué debe ver esto con la seducción? ¡Puesto que simplemente que tú eres un producto! Satisfaces una o muchas necesidades en una mujer ¡Piénsalo! Si en ti halla seguridad, entusiasmo, valores y te mantienes a una distancia emocional equilibrada, ella va a sentir que el tiempo junto a ti no es una cosa que tendrá todos y cada uno de los días, con lo que va a haber muchas posibilidades de atraer su atención. La emocionalidad es una reacción automática e inconsciente frente a una situación o circunstancia, como cuando se apaga un interruptor y la luz se obscurece. Aun puede ser un hábito aprendido: algunas mujeres aprendieron a ser emocionales cuando eran pequeñas imitando el comportamiento de su madre. Conforme pasan los años, como mujeres empezamos a definirnos de acuerdo con nuestras emociones, nuestros pequeños y grandes avatares, pensando que esto es lo que realmente somos. Es como si estuviésemos en una película y la situación no es realmente real. Sólo el pasado lo hace real. (Si tuviésemos que despertarnos una mañana sin nuestra memoria, sin pasado, ¿entonces qué?) Mas en espíritu y esencia todos somos amor, y para sostener vivo el amor, el amor ha de estar separado de la acumulación de emociones almacenadas, no estamos tan consciente deCuando empezamos a liberar estos viejos sentimientos conscientemente (cuando apreciamos que surgen), dejan de sostener nuestra energía hacia abajo.
Incluido a petición de osho international
Sin ningún género de dudas una felación ya es suficientemente agradable por sí como para hacer ascender a un hombre hasta los escalones más altos del placer. Pero siempre y en toda circunstancia es posible progresar la técnica de su realización y incorporar nuevos componentes que la hagan una experiencia aún más intensa. Una de las posibilidades es la de agregar a la realización de la mamada algún tipo de juguete erótico que añada nuevas sensaciones y potencie el placer propio de una buena mamada. Mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos más cerca. Los hombres rara vez charlan de la eyaculación precoz por el hecho de que esto es un insulto directo a su ego. Pero como lo dictan los conjuntos anónimos de autoayuda, el primer paso para resolver el problema es admitir que tiene un problema.
Las personas están a nuestro alrededor para compartir con ellas nuestra aventura de vida, no a fin de que les recarguemos el deber de hacernos felices. Si pensamos de este modo, saldremos perdiendo tarde que temprano. Desafortunadamente, esto puede transformarse en una especie de profecía autocumplida. Nuestra falta de confianza y la siguiente torpeza en relacionarnos, pueden ser percibidas por otros y hacer que se sientan incómodos, lo que los lleva a retirarse de nosotros. Si una mujer se toma unos segundos para tratar de progresar su apariencia cuando te ve, es una buena señal de que está interesada, o cuando menos te halla atractiva y quiere que te fijes en ella. Algunas de las cosas que hay que buscar son: arreglarle el pelo, readaptar su collar o pulsera, comprobar su aspecto en un espejo si hay uno cerca, ajustarle la ropa (probablemente mostrando más escote). Pese a que hacer uno de estos puede no significar mucho, sorprenderla haciendo varios, de estos, mientras que llamar su atención en ocasiones podría ser signos de atracción del lenguaje anatómico femenino.
Etc etc, etc… Carolina al sacar de manera consciente estas conclusiones sobre una experiencia no vivida prosigue con su proceso de aprendizaje del amor, continúa con su proceso definitorio que le dejará no solo un término del amor aprendido (el amor hace sufrir, por servirnos de un ejemplo, aprendido en las primeras etapas definitorias del amor) sino comenzará a modelar la conducta que ella deberá adoptar a fin de que el amor no la haga sufrir! Cualquier hombre con el cerebro para tirar de su cabeza antes de cerrar la ventana sabe que uno debe hacer un tanto de investigación de mercado antes de lanzar un producto. Desafortunadamente, muchos hombres olvidan este principio de negocio tratándose de venderse a las mujeres.
Mantén los celos lejos de la relación
Pronto llegaron a las posesiones de don Juan Antonio de Luján, justamente al humilladero, lugar donde don Álvaro pensaba ultrajar seriamente a la bastante deshonrada meretriz, pero esta, en un alarde de dignidad y ferviente cristianismo, se oponía aduciendo que era una mujer caída en desgracia y que debía vender su cuerpo para vivir, mas se negaba a efectuar un pecado delante de la figura de Cristo. Intentó huir una vez bajó del caballo, mas sus pocas fuerzas le forzaron a abandonar al intento, e de manera inmediata fue capturada y abofeteada de nuevo por su secuestrador, por lo que ya cejó en su empeño y se abandonó a la Providencia para padecer lo menos posible. Atendiendo a todo esto que vamos conociendo entenderemos que si algo es esencial para que la seguridad, el consenso y el respeto sean parte integrante del juego BDSM, ese algo es la COMUNICACIÓN. Debido a que esta clase de actividad sexual incluye elementos de resistencia, las parejas deben seleccionar una palabra de seguridad. Esta palabra, consensuada y, como es natural, conocida por los dos jugadores, debe servir a la parte dominada para detener en cualquier instante el desarrollo de una acción que, por un motivo u otro, le resulte desagradable o no deseada. Si la parte dominada entiende o bien siente que el juego está llegando a un límite no deseado tanto física como éticamente, deber ordenar mediante esa palabra de seguridad y a la parte dominante que se actúe en otra dirección, de otro modo.